BES


EPÍLOGO de la tesis:
Barrio Evolutivo Sustentable.
Contribuciones para la construcción de un prototipo barrial

 
Abrahán Rodríguez Buendía
 
Resumen: En este texto se ofrece una recapitulación de los conceptos fundamentales de la tesis teórica del Barrio Evolutivo Sustentable (BES), así como también se incluyen algunas conclusiones y se plantean algunas reflexiones de las posibles derivaciones de este trabajo. Para consideración de posteriores contribuciones de tesis de licenciatura que retomen el tema del prototipo barrial participativo, dentro de la línea de investigación de arquitectura, diseño, complejidad y participación (ADCP).

 Se ha planteado al BES, como un prototipo barrial. Este entendido no como un entorno urbano concreto en particular, ni mucho menos como un modelo a seguir, sino como una serie de consideraciones y estrategias, ampliables y modificables, que contribuyan al diseño participativo de un barrio. Esto realizado mediante la exposición de las variables de diseño urbano-arquitectónico, para su discusión, mediante un instrumento de diálogo que se construya a partir de la generación de opciones como base de la metodología participativa. En la parte final de la tesis BES se plantean algunas de las estrategias que pueden formar parte del denominado prototipo barrial, desde una perspectiva que se plantea de antemano como genérica y abstracta, por lo tanto ampliable y abierta. Por ello conviene recordar el concepto de prototipo que se ha manejado, en el cual se identifica como una representación o demostración fácilmente modificable de un sistema planificado, que puede derivar en soluciones diferentes que no se repitan a si mismas. Así que aunque la propuesta que se desarrolla en ella puede derivar en diferentes ejercicios, no se debe olvidar que principalmente se trata de contribuir con una herramienta que colabore en “la producción participativa del hábitat” El BES se concibe entonces como una aportación a la “autoproducción asistida” Esto haciendo una herramienta de diálogo que busca hacer explícito el diseño urbano arquitectónico en aquellos aspectos donde se debe abrir el proceso de toma de decisiones a más actores, con la intención de colaborar a eficientar los procesos de la producción social del hábitat (PSH). Recordemos que esta se propone como ”un sistema de producción que rescata aquellos aspectos positivos de los llamados asentamientos populares [como, por ejemplo] la flexibilidad para acoger diversos espacios y funciones, la posibilidad de articular una economía local por medio de comercios y talleres [entre otros], así como la creación de barrios como espacios para la interacción social”. Las aportaciones más relevantes se encuentran contenidas y a la vez resumidas en los siguientes tres puntos:
• La transformabilidad de las viviendas.
• Articulación de economías locales.
• La alta interacción social en el entorno barrial.

Como puede advertirse, estos puntos resultan fundamentales para comenzar a considerar como influyen en los planteamientos de las principales pautas o referencias en cuanto a opciones o patrones de espacio de la morfología urbana del prototipo barrial, al igual que en las tipologías arquitectónicas de las viviendas. Conviene que nos detengamos a desarrollar estos temas que forman parte de lo que podemos denominar como los primeros conceptos fundamentales del BES.

La alta interacción social en el entorno barrial

La noción de barrio no debe de ser entendida como una propuesta para la vida comunitaria en la ciudad, o como el ideal de la vida urbana de las grandes urbes, o por lo menos no, de la forma como fuera planteado en los modelos de las utopías del siglo XIX. En las cuales se le imaginaba más bien como un tipo de comunidades ideales, ahistóricas y excesivamente simplificadas. Por el contrario, el barrio debe ser visto como una realidad existente y plenamente manifiesta en el fenómeno urbano. No se le necesita plantear, es una realidad por reconocer, y quizá siempre permanezca en este estadío. Es una referencia que si puede, desde luego, posibilitar la vida comunitaria en la metrópolis. Pero no se le puede construir mediante ningún procedimiento mecanicista. Es por ello que podemos reconocer como inútil cualquier esfuerzo teórico que intente definirlo, acotarlo o englobarlo completamente. Lo relevante entonces es observar como él «..aparece como un entorno urbano entre la familia y aquellos grupos más amplios y heterogéneos de la ciudad... “por ello el barrio se pone en juego primordialmente los esquemas cognitivos que hacen posible el posicionamiento simbólico de la ciudad” . Entonces cobra relevancia la homogeneidad de valores, creencias e identidades, que constituyen una homogeneidad cultural, que puede ser identificada en el barrio. El cual, puede en ocasiones constituirse como un patrimonio intangible del barrio como soporte. Por lo cual es importante tener en cuenta estos valores culturales de quienes habiten en un determinado barrio, y preveer “las satisfacciones y el nivel de preferencias de los habitantes”. Pero desde una postura que no idealice y trivialice, o reduzca a una imagen este sistema de valores sin o desde aquella que este dispuesta a reconocer más alteridades.»
¿Pero cómo entonces plantearlo dentro de la propuesta del BES, como un entorno que desea promover una alta interacción social? Surge como una de las respuestas más sensatas a este cuestionamiento, el buscar aquellos entornos barriales que se han creado y que han funcionado para emularlos. Reconociendo previamente la existencia de una incertidumbre derivada de saber que la simple conformación de un espacio físico no promueve por si sola la conformación de un barrio. Pero lo importante es el buscar que la conformación de la materialidad del entorno barrial no entorpezca la conformación de ese sistema microcultural de relaciones sociales que conforma la base primordial de los barrios. Para ayudar a este reconocimiento de entornos urbanos, se usa también el concepto del “prototipo barrial”, pero en la acepción que lo describe literalmente como la primera idea, o la primera imagen de una categoría, en este caso, de barrios concretos existentes y reconocibles en la ciudad. Lo cual serviría de referencia para planteamientos posteriores que ayuden a identificar un mayor panorama de las principales características en común de los procesos de producción del hábitat en entornos barriales.

La transformabilidad de las viviendas



La idea de la vivienda, como un objeto adaptable y modificable de acuerdo a las necesidades de sus habitantes, es uno de los planteamientos más importantes que han sido promovidos por las propuestas del diseño participativo en arquitectura. No es nueva y encuentra resonancia en los procesos de producción popular de vivienda, presente tanto en la urbanización subalterna como en los modos intemporales de construir. La cual es como una condición necesaria y reinvidicable, que debería estar presente en los desarrollos que planteen construirse como hábitats urbanos apropiados y apropiables. A pesar de no ser un planteamiento nuevo, aún no forma parte de las consideraciones dentro de los proyectos de vivienda social nueva. Incluso muchas de estas casas nuevas se construyen expresamente para impedir la ampliación de la misma, cuando se trata de vivienda unifamiliar; o simplemente no era factible cuando se trataba de vivienda multifamiliar. Esta idea se contrapone completamente a la noción de la vivienda mínima, heredera del existenzminimun alemán y uno de los principios de la arquitectura moderna que aún rigen a la vivienda contemporánea.

Articulación de economías locales



Habría que acotar que en este apartado se usa el término de “economía local” como aquella que se presenta en la escala barrial o comunitaria más inmediata, que es también llamada economía de tipo tradicional. Esta se refiere al comercio e intercambio de servicios cotidiano, que se ocupa de la demanda diaria. Esta se da con mayor heterogeneidad en aquellos lugares donde existe una mayor flexibilidad para que los establecimientos sean más diversos. En ese sentido se puede comprobar como en los asentamientos autoproducidos existe esta flexibilidad que se entorpece en otros entornos como en las unidades habitacionales o los desarrollos urbanos.

Conclusiones


La propuesta del prototipo barrial participativo, dentro de la línea del ADCP, iene la condición de derivar en los siguientes objetivos:

• Como una herramienta de dialogo para la autoproducción asistida. Lo cual ha sido desde el principio su primer objetivo. Considerando además, que podrían convertirse en una herramienta para la planeación urbana participativa.
• Como herramienta didáctica-pedagógica, es decir, como ejercicios de diseño urbano arquitectónico y temas para tesis de licenciatura. Esto punto ha sido muy relevante puesto que partir de estas experiencias puede irse perfeccionando la propuesta.
• Y en el escenario más ambicioso, como una contribución que derive en una forma más amplia de entender de vivienda social, es decir, como propuestas de mecanismos, instrumentos y normativas, que a la larga podrían ayudar a la conformación de una nueva propuesta política de vivienda.